martes, julio 21, 2009

Bebiendo el vivir

Muchas noches me he sentado en la barra de los malditos a resolver este puta mundo que se ama y se odia -y que por sobre todo se ama- acompañado de buenas y no tan buenas personas. Y uno va desmenuzando esto que llaman vida, rumiando cada bocado de esas cuatro letras, bebiéndolas con el vino o a punta de shots “4 plumas” -limón si es tan amable-. Hasta se podría decir que la he ido “ordenando por colores, tamaños y promesas...” como ya nombró mi uruguayo papá que en paz descanse.


Y es que en plena carretera uno tiene que tomar decisiones: unos prefieren quedarse al lado del camino, otros sobrevivir a los excesos jugándose el alma como conductores suicidas, hay quienes prefieren masturbarse con preservativo, esperar a que todo pase. No esperar nada. Hacerlo todo. Buscar las musas. Perderlas. Jugar al chico rebelde, al malo de la movie que va en motocicleta. Al incauto. Seductor. Seducido. El buen partido. El infiel. Inexperto en busca de experiencia. Los que quieren morir y sus antónimos. De corazón “partío” o hierro sin sentimientos. Alma de faquir, embustero del dolor, reír por no llorar. El controlado. El desatado con 3 Red Bull adentro que está buscando cómo llegar al sol para patearlo. El socialista. Abraza árboles. Enamorado. Malparido. -Juez y parte-.


¡No todos pueden ser como tú Flaco de Ubeda! que te has perdido en las imposturas. Que ya todos te conocen si conocerte. Que has sabido vestir con elegancia los clichés del día a día. Y es que los putas estereotipos -arriba descritos- no son más que líneas que otros jodidos han trazado para jodernos. El malo sobre el bueno, el bueno sobre el malo, ya basta de sandeces!!!! Otra copa por favor!! -gracias- saluuuuuud!!!


¡La vida sabe!!! y sabe bien, sin mucha fórmula. “Estando uno desnudo busca traje, aunque tenga que hacerlo deshilándose el cuerpo” dijo jorgito. Y al nombrar esto no me cago en la experiencia, muy al contrario la respeto y defiendo a morir. Sólo si acoto y concluyo en la razón de estas letras: La felicidad -cómo punto de partida y razón de esta vida- esa que te deja sin aliento, que te para los pelos (¡ojo que dije pelos!) que endulza tus neuronas y las cocina en Baño María de Serotonina, es mucho, mucho, pero mucho más sencilla de lo que muy normalmente concebimos, por eso muchas veces no la encontramos sentada donde la buscamos. ¡¡¡Ya dije!!! y al que este en desacuerdo:

¡¡¡Que me invite otra copa!!!!.